Morenos, diablos y chunchos: reflexiones sobre las luchas por el patrimonio
Daniel Vacaflores
doctor en antropología
El 7 de mayo de 2021 el Ministerio
de Cultura del Perú hizo pública la declaración de patrimonio cultural de la
nación a la Morenada y a las figuras del Rey Moreno y Rey Caporal del
Departamento de Puno. Y hasta ahora nuestra ministra de culturas, nuestro presidente
y una larga lista de autoridades y folkloristas bolivianos, principalmente de
La Paz y de Oruro, han manifestado públicamente su rechazo por lo que califican
como un robo cultural de parte del (hermano país del) Perú. Los medios de
comunicación están maximizando este conflicto. No es la primera vez que me
encuentro con una explosión de emociones de este tipo, y no puedo dejar de
sentir que como bolivianos estamos malinterpretando la magnitud del asunto.
Con el caso de la Diablada yo
todavía era un joven estudiante de antropología y no quería opinar sin conocer
los detalles. Especialmente considerando que era un tema delicado. Fue solo
después de muchos años que llegué a tener contacto directo con el fenómeno en
cuestión y a hacerme una opinión al respecto. El 2016 tuve la oportunidad de
participar de la Fiesta de la Virgen del Carmen de La Tirana, en Chile. Yo
estaba buscando a los chunchos, pero me encontré con una gran cantidad de
bailes tradicionales, entre los cuales estaban los Diablos. Ahí recibí una
explicación muy interesante al respecto, a sabiendas de que yo era boliviano: “Esas
Diabladas recargadas son las Diabladas bolivianas”, me dijeron, “el que es
chileno es el Diablo Rojo, mas sensual (especialmente por la figura femenina de
la Diabla) y menos recargado que el boliviano”. Así, sin mayores elaboraciones,
me explicaron el motivo de la gran pelea cultural que tuvimos hace década y
media. Debo decir que, en mi opinión de investigador cultural, los hermanos
chilenos tienen toda la razón. Sin pretender siquiera apropiarse de la Diablada
boliviana, fui testigo de la imagen del Diablo chileno, que tienen todo el
derecho de declarar como propio.
Las fronteras políticas tienen poco
que ver con las fronteras culturales. La gente va y viene, y todos llevamos
nuestra cultura con nosotros. La fiesta de la Virgen de La Tirana tiene un
alcance regional amplio, y hay mucha población boliviana que la visita y
participa activamente de ella. Y así llegaron muchas danzas bolivianas (que son
reconocidas como bolivianas) al acervo cultural local. Muchos devotos de la
virgen, chilenos, me manifestaron su admiración por la cultura boliviana, lo
cual creo yo debería ser un motivo de entendimiento entre naciones, más allá de
las diferencias políticas que podamos tener.
Hay un caso extra con el tema del
baile de los chunchos en la fiesta de La Tirana: este baile, como todos los
bailes chuncho, tiene raíces ancestrales andinas que actualmente se podrían
ubicar en el Perú. Sin embargo, el desarrollo histórico de estas
manifestaciones rituales y culturales es sumamente complejo, con raíces
prehispánicas, difusión colonial y consolidación republicana. Sin querer negar
la naturaleza chilena de los chunchos de La Tirana ni las raíces andinas
ancestrales peruanas, hay argumentos para pensar que, por lo menos
parcialmente, el origen de los chunchos de La Tirana pueda ser boliviana. Mas
allá de despertar un sentimiento nacionalista, a muchos chunchos chilenos les
fascina la idea de que esto pudiera ser así. Esto me hace pensar que, sin negar
el patrimonio nacional, el trayecto histórico de una manifestación cultural
pueda ser transnacional sin restarle el valor cultural propio.
Así llegamos al caso de la
publicación de los chunchos tarijeños. Uno de los temas que vengo trabajando desde
hace años es el origen histórico de los chunchos promesantes de la Fiesta
Grande de San Roque en la ciudad de Tarija. Y, efectivamente, encontré rastros
etnohistóricos prehispánicos que ubican el origen de los bailes chuncho en el
mundo andino, con uno de sus principales epicentros en el Cusco incaico. En
este proceso de investigación, me permití compartir una publicación de Facebook
sobre los ccapac chuncho de San Sebastián, en el Cusco. A lo que muchas
personas en Tarija (y en Bolivia, pues hubo folkloristas orureños y sucrenses
que se metieron al baile) levantaron el grito al cielo y empezaron a reclamar
el descaro de los peruanos por robarnos algo tan nuestro como la danza de los
chunchos. A lo que tuve que aclararles que, en realidad, era un investigador
boliviano el que estaba diciendo eso. Y que si llegábamos a eso, no eran los
peruanos los que nos estaban robando nuestras tradiciones. Pero que, en mi
opinión, en este caso era insulso hablar de “robo”, porque se trataba de una
tradición cultural compartida.
En Tarija me reclaman que no me
dedique a pregonar que los chunchos son tarijeños. Ya no tanto que los chunchos
de Tarija son los únicos chunchos del mundo, porque ya les he demostrado hasta
el hartazgo que hay más chunchos además de los nuestros. Yo considero que la
postura tarijeña al respecto es nativista, rayando en una falsa pretensión de
una autosuficiencia histórica. Chunchos hay en todas partes. Lo cual no
significa que los chunchos promesantes de San Roque en Tarija no sean
especiales. Siguiendo la lógica de ofensa que vemos ahora con la Morenada
puneña, ni los tarijeños ni los bolivianos deberíamos poder declararlos (a los
chunchos) como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad ante la UNESCO.
La declaración patrimonial no debería servir nunca para imponer la exclusividad
en un fenómeno tan popular y tan espontáneo como lo es la cultura. Por lo menos
en el caso de los chunchos (pero que se aplica también a la Morenada y a la
Diablada), nos encontramos ante un patrimonio cultural compartido de naturaleza
transnacional. No creo que sirva insistir en su naturaleza exclusiva, sino que
deberíamos trabajar para reconocer la naturaleza patrimonial de cada uno de
ellos, en su propio contexto social e histórico, enfocándonos en sus
ramificaciones históricas y en sus redes de sentido local.
Volviendo al tema de la Morenada
puneña, con toda humildad debo afirmar que los bolivianos estamos sobre
reaccionando sobre un hecho que no amerita el sentido de ofensa que observamos
en estos días. El Ministerio de Cultura del Perú ya aclaró que la declaración
de patrimonio cultural “no manifiesta o afirma el derecho de exclusividad, o de
denominación de origen de la danza”. Pero eso es precisamente lo que se afirma
de manera sensacionalista en la prensa boliviana. A mi parecer el sentimiento
de agravio y de ofensa del que estamos haciendo uso los bolivianos no es la
mejor manera de tratar este conflicto. Tal vez debería bastar una promulgación
oficial de parte del Perú de que el origen histórico de la danza proviene de
Bolivia, y una declaración de hermandad cultural al respecto. En todo caso, no
es bueno comenzar un dialogo con un sentimiento de falsa ofensa. Si quieres un
dialogo sincero y productivo, lo mínimo que puedes hacer es presuponer la buena
fe de tu interlocutor.
Con todo respeto les pido a mis compatriotas
que no pierdan la calma. Es importante no sobre reaccionar. Estoy seguro de que
hay mucho más de lo que se ve a primera vista. Creo mucho mas importante
trabajar juntos para una declaratoria conjunta aaaade patrimonio transnacional,
con los créditos correspondientes donde corresponda. La idea del patrimonio
nunca debería utilizarse para generar conflictos entre pueblos hermanos.
Tarija, 12 de mayo de
2021
Comentarios
¿Con cuánto te financian los peruanos tu dizque investigación de los chunchos de Tarija para que digas semejantes atrocidades?
Los demás estan traumados con cultura que no les pertenece.
El PERÚ desde tiempos del Inka es Imperio que fue esparciendo cultura por Sudamérica occidental. Mucho folklore y danzas son de origen quechua y aymara (culturas de origen territorial del Perú).
Los bolivianos son mezquinos tienen mucha frustración y envídia de los peruanos.
Pero ellos tienen la culpa. Sus abuelos quisieron separarse y ahí tienen su país, el más pobre de Sudamérica.
PERÚ PADRE Y MADRE CULTURAL DE ECUADOR, CHILE Y BOLIVIA.
En cuanto a la publicacion, si seguimos tan sumisos peru va declarar patrimonio hasta la cueca, todo por intereses economicos, tenemos que saber cuidar nuestro patrimonio boliviano, todos lo pieden bailar disfrutar pero eso de declararlo su patrimonio es quitarle la identidad a un pais.