Más allá de la historia: la política pública cultural y sus actores. (Reflexiones a partir de la Declaratoria de la morenada como Patrimonio Cultural de Perú)

 Elaborado por: Miguel Angel Foronda Calle

Mail: Lunangel.GC@gmail.com

De manera breve quisiera referirme  a la controversia suscitada entre Bolivia y Perú en torno a la danza de la Morenada, en realidad, más que referirme al problema actual, quisiera enfocarme en lo que está detrás de él y formular un par de sugerencias de acción. La perspectiva bajo la cual propongo estás líneas de reflexión no es la histórica que apunta a explicar el origen de dicha danza, ello ya ha sido abordado en redes sociales bajo diferentes hipótesis y no pretendo ahondar en algo que merece más líneas que las que aquí presento. Lo que propongo es dar algunos pincelazos desde una perspectiva institucional y de la política pública cultural, de anticipado ruego disculpas si en algún momento soy demasiado técnico pero creo que es necesario ingresar también a este campo. .

El análisis de este tipo de controversias, que poco a poco va acumulando diferentes episodios, lleva a preguntarse ¿a quién le corresponde afrontar este tipo de problemas? La respuesta puede ser enfocada en tres escenarios con sus correspondientes actores: el nacional o interno, el internacional y el de los portadores del patrimonio cultural. 

Primer Escenario: La Política Pública Cultural desde el Estado y sus Niveles de Gobierno.       

En el escenario interno se debe considerar que la Política Exterior, que involucra la relación entre dos o más Estados, es una competencia privativa del Nivel Central del Estado lo cual lleva a identificar como la cartera responsable al Ministerio de Relaciones Exteriores, acá ningún otro nivel de gobierno tiene posibilidades de acción dada la naturaleza competencial. Por su parte se tiene la materia de Promoción de la cultura y conservación del patrimonio cultural de alcance nacional como competencia exclusiva, también del Nivel Central, en este caso si existe la posibilidad de que otros niveles de gobierno intervengan, siempre que ello sea consentido por el titular mediante una transferencia o delegación competencial, la cartera responsable en este ámbito es el Ministerio de Culturas, Descolonización y Despatriarcalización, que afortunadamente fue recuperado tras una eliminación de la estructura del Órgano Ejecutivo durante la gestión 2020.

Si bien la Política Exterior está reservada al Nivel Central se tiene como competencia compartida las relaciones internacionales. Esto quiere decir que a partir de la Ley Básica emitida por la Asamblea Plurinacional, la cual afortunadamente ya fue aprobada, los gobiernos subnacionales (Gobiernos Departamentales y Municipales) pueden intervenir aprobando sus leyes de desarrollo lo cual podría otorgarles un ámbito de acción en temas como los que nos ha colocado la actual controversia. Bajo beneficio de inventario, como diríamos en la jerga jurídica, me temo que aún no contamos con estás leyes de desarrollo y aun siendo ello así mantendría mi temor en sentido de que no exista un enfoque cultural.

Hasta este punto, como puede apreciarse, el Nivel Central tendría el “sartén por el mango” a través de los Ministerios de Relaciones Exteriores y Culturas. Cabe destacar que desde la Asamblea Plurinacional se han aprobado las Leyes Nº 135 y 512 que declaran a la Danza de la Morenada Como Patrimonio del Estado Plurinacional y le otorgan un día conmemorativo cuyo principal centro de celebración es Oruro. En este orden de cosas hay que considerar que pese a que varias de las manifestaciones culturales, como es el caso de la Morenada, tienen un carácter de Patrimonio Nacional, no puede negarse su vínculo con territorios determinados lo cual exige una articulación intergubernativa que es requisito de un Estado Autonómico. En tal sentido, e aquí la primera propuesta, parece ser oportuno, para afrontar una defensa de nuestra identidad, de nuestra bolivianidad, apelar a un mecanismo de coordinación como es la constitución de un Consejo  de Coordinación en materia Cultural donde el Nivel Central debería estar representado por los Ministerios mencionados  para encarar una política interna y externa de salvaguarda de nuestro patrimonio cultural, además, se deber contar con la participación de los diferentes Gobiernos Autónomos para construir una línea de protección del Patrimonio boliviano los cuales también cuentan con competencias en este ámbito.

Permítanme un apunte adicional en esta parte. Si bien el plano internacional no puede ser manejado solamente por los gobiernos subnacionales si es cierto que con carácter interno puedan manejar la promoción y conservación cultural desde sus territorios. En ese sentido habrá que preguntarse si su gestión se ha limitado a la aprobación de leyes departamentales y municipales declarativas o se han establecido políticas públicas de impacto. Pero además, cabe la duda, ¿las competencias asignadas tienen alcance para formular políticas culturales a través de Leyes de Cultura en cada municipio y departamento o esta es una competencia sin asignar?, ¿es necesario depender o esperar una Ley Marco de Culturas desde el Nivel Central?

Segundo Escenario: La UNESCO y la importancia de su manifestación.

El segundo escenario es el internacional y acá la UNESCO debe jugar un papel preponderante y probablemente no lo está haciendo. Tengo la impresión que los procesos de Declaratoria de Patrimonios Culturales Inmateriales que actualmente se encuentran regulados por la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural aprobada el año 2003, donde Perú y Bolivia son Estados partes, han incentivado que estas disputas, como la que ha concitado nuestra atención,  se estén produciendo.

En ese orden de cosas el Carnaval de Oruro obtuvo la Declaratoria de Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad en 2001 formando parte de las primeras declaratorias de esta índole a nivel mundial y nacional. Ya para el año 2014 la Festividad de la Candelaria de Puno, Perú, fue declarada parte de la lista representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial donde Oruro también se encuentra como consecuencia de la declaración obtenida el año 2001. La pregunta es ¿por qué la UNESCO aprobó su inscripción en la lista representativa de Patrimonio Inmaterial cuando ambas manifestaciones, tienen similitudes, particularmente en el tema de danzas?, ¿Cuáles los alcances de este tipo de patrimonios?, ¿Estás duplicidades no van en contra sentido de lo que es un patrimonio inmaterial y su originalidad?

Probablemente si habría claridad en las cuestionantes formuladas se evitarían varias confrontaciones como las que se tienen. La UNESCO debe aclarar estas cuestionantes que tienen que ver con la salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial. Aquí viene la segunda propuesta, Bolivia, podría solicitar al Comité Intergubernamental para la Salvaguardia, que es un órgano establecido por la Convención,  que emita una recomendación para la salvaguardia en este tipo de casos controversiales entre dos Estados parte. A lo anterior habrá que añadir la variable de ¿si existe algún efecto en relación al tiempo? donde es innegable que un primer registro, en ese caso de la morenada, junto a otras danzas como la diablada, fueron registradas el 2001, mucho antes que la festividad de Puno. Es fundamental que la UNESCO asuma un rol activo y cumpla con su función referente a la salvaguardia y así aclare estos escenarios ambiguos y que requieren un posicionamiento conceptual y de la naturaleza de lo que se considera Patrimonio Cultural Inmaterial. A partir de ello se podrían abrir otras puertas dentro del plano internacional, en todo caso estas son ideas que ameritan ser profundizadas en su análisis para tomar una decisión de Estado.

Tercer Escenario: Los portadores del patrimonio.

Finalmente queda mencionar a los portadores del Patrimonio. Más allá del ámbito diplomático son los hacedores de estas expresiones: danzarines, bordadores, careteros, músicos y compositores quienes deben asumir la responsabilidad de proteger el patrimonio cultural que heredaron y en tal sentido es necesario que ellos se manifiesten y ¿Por qué no? Considerar como opción si la diplomacia de los Estados no funciona quizás sí la Diplomacia de los Pueblos, de los actores que cíclicamente representan y portan la indumentaria de un personaje de una danza como la morenada. Entonces ¿Qué hemos hecho como portadores para defender el patrimonio cultural?, ¿se debe esperar solo el desempeño estatal?

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